Publicada a finales de 1967 por un joven Jann Wenner, capitalista hip por antonomasia [A], se suele pensar y recordar a la Rolling Stone como una publicación contracultural y combativa: en parte gracias a la guerra de Vietnam (lo que les reportaba más lectores e ingresos por publicidad), en parte porque llegó a albergar plumas como la de Hunter S. Thompson o Lester Bangs (si publicas un aviso buscando colaboradores en algún momento tiene que caer algo bueno) Pero la revista hacía eco, en su mayoría, de lo ya establecido y aceptado. Así, en pleno apogeo hippie, le daba más cobertura a los estereotipos generacionales provenientes de San Francisco (slogans de paz y amor, la esquina de Haight-Ashbury, los trips festival, el human be-in, etc.) ignorando en buena parte lo sucedido social y musicalmente en la más interesante y compleja Los Ángeles (Sunset Strip, toques de queda, redadas, coches en llamas, etc. [B]) o en muchas otras partes del país o el mundo. De igual manera, a medida que el tiempo pasaba y a pesar de los avances a fines de los 60 en los movimientos feministas [C], las mujeres fueron ninguneadas al no permitírseles asistir durante muchos años a las reuniones editoriales. Similar suerte corrió en su momento la cobertura a la escena Punk, seguramente porque ésta solía defecar sobre el olimpo rockero compuesto en su mayoría por bandas y artistas favoritos de la línea editorial de la revista (rock progresivo, Eagles, etc.) Y ya ni hablar del movimiento Indie o de la América Negra (black panthers, disturbios raciales, hip-hop, graffiti) ¿Por qué una revista de interés y actualidad musical durante años tuvo precisamente desinterés en música verdaderamente actual?
¿Y cómo es que la revista siguió vendiéndose luego de haber pasado por una de sus peores crisis financieras a fines del siglo pasado? Por el soporte web, la venta de publicidad y la guerra en Irak. Al igual que sucedió en los años 60, los ingresos aumentaron al sacar partido de una pretendida y oportunista oposición a la guerra de turno. Para entonces todos parecían haber olvidado los coqueteos de Wenner con Kennedy, Reagan, Clinton y Bush padre. En lo que respecta a la música, también se ha olvidado, entre otras cosas, las 5 estrellas y la denominación de 'clásico' al último solista de Jagger [D] o las sucesivas portadas a lo más graneado del estrellato made-in-mtv (aunque esto último no es necesariamente malo)
Todavía leo la Rolling Stones de vez en cuando. No hay ningún problema que sea una revista netamente comercial si ése es su modelo de negocio. Lo malo, según mi punto de vista, es la incongruencia de pretender tener al mismo tiempo credenciales underground o contraculturales. No estoy diciendo nada nuevo. Y si lo hago es porque, más de cuarenta años después, hay todavía quienes la consideran paradigma o punto de partida de lo que es o debería ser toda la prensa musical. No lo es. Pero precisamente este tipo de enfoque es en buena parte responsable de los sectarismos y las autosuficiencias del fan de rock promedio, de su conservadurismo y errónea apreciación del género como la "mejor" música y la única valedera.
Todavía leo la Rolling Stones de vez en cuando. No hay ningún problema que sea una revista netamente comercial si ése es su modelo de negocio. Lo malo, según mi punto de vista, es la incongruencia de pretender tener al mismo tiempo credenciales underground o contraculturales. No estoy diciendo nada nuevo. Y si lo hago es porque, más de cuarenta años después, hay todavía quienes la consideran paradigma o punto de partida de lo que es o debería ser toda la prensa musical. No lo es. Pero precisamente este tipo de enfoque es en buena parte responsable de los sectarismos y las autosuficiencias del fan de rock promedio, de su conservadurismo y errónea apreciación del género como la "mejor" música y la única valedera.
Un condescendiente e bobalicón artículo al respecto, publicado en Dedo Medio nº4 (noviembre del 2007) termina diciendo: "nadie va a negar, esnobismos a un lado, que la Rolling Stone siempre será la Rolling Stone, le joda a quien le joda". Con tal nivel de argumentación solo cabe responder una cosa: ridículo. Y bastante.
★ Allan Azulbotón
tirapiedra
Notas:
[A] Más acerca del término en The Conquest Of Cool: Business Culture, Counterculture And The Rise Of Hip Consumerism (1998), de Thomas Frank.
[B] Para más señas, revisar la película Riot On A Sunset Strip y el artículo de William Crain para Tangents. Muchas de las bandas relacionadas a la escena de Los Ángeles aparecen en el recomendable recopilatorio 'Where The Action Is: 1965-1968', publicado el 2009.
[C] Ver: Redstockings (Bitch) Manifesto, de 1969. Disponible en www.hippy.com/article-310.html
[D] Ver: www.rollingstone.com/music/reviews/album/7733/37826 Escrita por el propio Wenner, el disco es mejor que todo lo lanzado por los Rolling Stones desde Some Girls (1978) Sin comentarios.