Los miembros de The Devonns son de ese aún existente grupo de jóvenes que parecen haberle dado la espalda, al menos compositivamente, a la excesiva estridencia que desde hace un tiempo afecta a la música popular moderna y en su lugar han preferido bucear en el gran bagaje soul de Chicago, su ciudad natal. Lo que viene a demostrar, una vez más, que aquellas grabaciones de hace cuarenta o cincuenta años todavía son capaces de estimular las mentes y los corazones de músicos y fans sin que ello se traduzca en un mero ejercicio de estilo o un innecesario revival. Por el contrario, se les escucha lo suficientemente sensibles para expresar emociones de un modo contemporáneo. Música actual, sí, y al mismo tiempo consciente de ser parte de una tradición.
Tradición en la que Mathew Ajjarapu, compositor y multi-instrumentista, se adentra luego de abandonar la universidad. Tan maravillado queda con la producción de esos discos antiguos (la pericia instrumental y el profesionalismo musical son inherentes en el soul) que decide formar una banda. The Devonns se completa con Khori Wilson en la batería, Khalyle Hagood en el bajo y Cam Cunningham en la guitarra. Y ninguno parece tener más de treinta años. Quizá por ello las composiciones rezuman cierta inocencia primigenia que juega a su favor. En su contra se podría decir que por momentos suenan algo conservadores. ¿Pero están ellos empeñados en demostrar lo contrario? No se puede exigir a una banda ser algo que de plano no quiere ser. Recordemos, además, que el soul de Chicago siempre ha tenido una suavidad y encanto pop que lo diferenciaba del estilo practicado en otras ciudades de Norteamérica. En casos así, hace falta más de dos canciones para emitir juicios de valor tan concluyentes.
Lo que acabo de decir se nota sobre todo en el primer corte de este single debut, editado a mediados del año pasado por el sello italiano Record Kicks. Come Back es esencia una canción sencilla pero muy efectiva, una apuesta segura con coro en semi-falsete realzada por la guitarra de Ken Stringfellow, fundador de The Posies y músico de apoyo de R.E.M., y por los timbres y arreglos de cuerdas de Paul Von Mertens, miembro de la banda de Brian Wilson desde hace algunos años. Ambas intervenciones tienen incluso un momento determinado, casi al final, donde predominan por sobre el resto de participantes. Sin embargo, es en la cara B de este siete pulgadas donde todo está mucho mejor equilibrado y estos muchachos suenan más naturales. Think I'm Falling In Love comparte el romanticismo de su predecesora, canjeando pérdida por esperanza, con vientos y violines que no hacen más que realzar la declaración del coro. E incluso se superan a sí mismos en un puente ("and I love you / like no other") cuya melodía mezcla fuerza y fragilidad a partes iguales. Es la belleza de este momento la que me hace decidir comprar el disco. Y, en general, pensar que en el futuro esta joven banda de Chicago, aun cuando sus influencias le quedan todavía demasiado grandes, puede brindarnos momentos de igual intensidad y valía. Felizmente parece que no tendremos que esperar mucho. Según ellos mismos, el LP se edita en unos poco meses más.